sábado, 19 de mayo de 2012

Capitulo 8- Sentimental




Renesdmee se quedo no mas de dos minutos observando aquella triste imagen, parecéis que todo hoy en día se relacionaba con desgracias. Renesmee intento no pensar en lo peor o de forma que pudiera hacer que su padre se entristeciera.
Nahuel nunca pensaba en algo que no fuera lo que estuviera leyendo desde que descubrió que el padre de Renesmee leía las mentes mas bien las veía, tal cual era. Decidió que mejor la mantenía ocupa en libros o algo que le mantuviera lejos de lo que en verdad pensaba.
habían pasado solo días para descubrir su interés en Bella y meses en en el afecto que sentía por Edward. Años debieron haber pasado cuando se percato del interés que hacia Renesmee en su persona. Todo ello llevo a pensamientos que jamas creyó haber pensado y sentimientos que nunca quizo haber descubierto ahora era débil ante la maternidad de Bella y el cariño de Edward, caía ante la dulzura de Renesmee. Estaba ante su debilidad.
-Vamos.- le dijo Nahuel a Renesmee en un dulce susurro.
Renesmee sin protestar dio una ultima mirada y dejo la sala junto a Nahuel.
-Tengo sed.- dijo Renesmee dandole una sonrisita a Nahuel que por cierto si no fuera por su fuerza de voluntad habría caído al suelo ante ese adorable rostro.
-si...- logro decir.
Ambos corrieron por el bosque sin decir palabra, la sed los llevaba mas que su conciencia y aquellas preocupaciones aun latentes dejaron de importar, lo que mas necesitaban era una distracción y aquel león frente a ellos lo era.
-desde hace mucho que no veo uno- comento Renesmee.
-este debe de estar perdido.-dijo un tanto emocionado.- desde hace mucho me han dicho que ellos se han ido apartando de sus depredadores- señalándose.- supongo que eso es mas que aceptable.
-Por que?
-Bueno no me gusta mucho la idea de cazar animales.- confeso con una pequeña sonrisa en su rostro.- si pudiera te enseñaría los sabores humanos.- guiñiendole el ojo.- estoy seguro que me matarian si lo hiciera.- se rió.- pero creo que esta forma de vida no es tan mala.
Renesmee se le quedo mirando con un toque de felicidad en sus ojos.
-Que pasa?- pregunto un tanto extrañado.
-es la primera ves que me hablas de un modo familiar.- sonriendo mas.- me agrada, pensé que siempre serias un tanto retraído.
Ambos se rieron pero las risas se pararon cuando se dieron cuenta que el león ya no estaba. había huido. Estaban tan distraidos con su conversión que no se habían dado cuenta de que el león se había marchado.
-Es una lastima.- dijo Renesmee un tanto triste.
-te rindes tan facilmente.- le reto Nahuel.
Renesmee serró sus ojos y busco a través de su olfato y oídos las pisadas y el aroma del león.
Nahuel se rió un poco y eso hizo que Renesmee se distrajera.
-lo encontraste?
-lo encontré.-afirmo abriendo sus ojos y corriendo a toda velocidad.
Nahuel la seguía a pocos pasos atras.
Renesmee dio una zancada y con un salto llego hasta el león donde lo tomo con sus pequeñas manos y sin dejarlo libre lo mordió. Nahuel llego hasta su lado y Renesmee le ofreció Beberlo junto a ella.
Una vez terminado ambos tiraron el león hacia un lado y con carcajadas se miraron las manchas de sangre, habían salpicado un buen resto de sangre en su ropa y cuerpo.
-Se puede saber de que se ríen?- pregunto con un mal humor Jacob.
De inmediato Nahuel y Renesmee se separaron ante la vergüenza.
-Estábamos...bueno...yo...- Renesmee intento explicar, pero estaba muy avergonzada.
-Estábamos cazando.-Dijo de forma seca.
-Mmm...Así puedo ver- Jacob tenia la clara sospecha en su cara.
No creía que solo estaban cazando, desde hace tiempo había estado percatantose del extraño acercamiento de Nahuel y Renesmee eran tan intimos entre ellos cuando hablaban, como si solo fuera su mundo. Aun que Edward ya le había explicado que ellos se sentían como hermanos, Jacob estaba seguro que ellos no sentían solo una simple amistad. Bella ya le había aclarado que Nahuel la miraba como una madre y por ello Renesmee era como una linda hermana.
-Tu no puedes ver a dos personas llevándose bien?- le pregunto Nahuel.
-No.- Admitió.-no me creo que tu vez a Renesmee como una niña.
Renesmee miro de forma inocente a Nahuel, el simplemente le sonrió.
-Por supuesto que no.- Renesmee abrió los ojos de forma sorprendida, Nahuel a su lado no me inmuto.- Yo la miro como una mujer.
Jacob estaba que echaba humos por los ojos, sentía la ligera necesidad de matar a Nahuel.
-Crees que podras conmigo.-le reto Nahuel.
-no me digas que también lees la mente?
-No pero tu cara es obvia.-Nahuel siempre con su tono calmado no quería por nada asustar a Renesmee.
-Ja.- fue todo lo que pudo decir jacob.- y tu acaso no deberias estar apollando a tu padre.
Renesmee nunca había visto a Jacob así, tan distante. Eso hizo que ella se sintiera muy triste.
Nahuel tomo su mano y guió sus ojos hasta donde la llevo.
-Despreocupate.-besando su palma como un caballero.-todo estará bien.
Y así lo sentía. En los ojos claros y de miel en los que deposito su confianza, el mundo parecía estar perfecto tal y como estaba antes.
-Vamos ?- señalando el camino devuelta con su mentón.
Renesmee asintio y junto a Nahuel dejaron atrás a Jacob sin antes decirle algo.
-Habla conmigo cuando te tranquilices.- fue todo lo que pudo decir.
Renesmee se negaba hablar con alguien que la hacia ver como la peor hija del mundo y si fuera así no quería saberlo.
Cuando llegaron a casa Bella estaba despierta junto a Edward ambos se miraban como siempre como dos enamorados. Renesmee soltó la mano de Nahuel para ir junto a su familia.
Esa era su familia y las personas que mas amaba en este mundo eso nunca podría cambiar.
-Gracias.- le dijo Edward a Nahuel cuando Bella lo dejo de abrazar para poder acariciar a su hija.-Esto era algo muy traumatico para Renesmee y estoy seguro que Bella me hubiera golpeado al saber que su hija se deprimía.
Nahuel sonrió y observo a la pequeña que resolvía sus pensamientos a cada instante. Edward muy cerca de el veía donde iban los ojos y los pensaientos de Nahuel.
Nahuel al darse cuenta quien estaba a su lado se arrepintió. Edward solamente se rió sin decir nada, al parecer los pensamientos contradictorios le hacia gracia y le llevaban hasta su antiguo yo.
Un Edward que se negaba amar y un Edward que no conocía el amor.